viernes, 14 de marzo de 2014

¿Cómo puedo identificar a una víctima de la trata?
Como sociedad desafortunadamente casi no nos hacemos esa pregunta, pues creemos que jamás nos va a pasar algo similar, o que nunca estaremos frente a una situación así, y es que ese es el problema, estamos tan desinformados que no nos percatamos  de que el verdadero y grave problema está ahí afuera, frente a nuestros ojos, merodeando a nuestros hijos y hermanos, a nuestros amigos y seres queridos, es por ello, que es de suma importancia conocer  y saber identificar las características de una persona que está siendo víctima y  sufriendo dicha situación, esto para poder hacer algo y ayudarla a la brevedad.
Y solo así, solo de esta manera, podremos hacer que la trata de blancas disminuya, hacer que el número de víctimas  sea mucho menor a lo que es actualmente.
Ser una sociedad informada y alerta, que se encuentre al tanto de temas relevantes tales como este, y de ser posible ayudar a los que se encuentren en problemas, porque es una cuestión que nos compete a todos como mexiquenses.
Conocer las características de las víctimas y victimarios podría cambiar totalmente nuestro panorama y perspectiva acerca de la gente que nos rodea.
Ahora ya la  trata es un problema que nos inmiscuye a todos  como sociedad, y la solución parcial está en nuestras manos, porque estas características se encuentran justo ahí en frente, son de lo más sutiles y pasan casi desapercibidas ante nuestros ojos.
Si crees que nos eres parte del problema y de la solución entonces estas muy equivocado.


“La mayoría de las víctimas provienen de estratos marginales y la explotación sexual no es la primera forma de violencia que viven en carne propia” (EL MUNDO , 2007)
Generalmente las víctimas son mucho menores que sus agresores y en muchos de estos casos se ignoran los datos de estos hombres, sin dejar de lado que los que se conocen suelen ser falsos.
La mayoría de las víctimas de la trata de personas no proporcionarán fácilmente información, de manera voluntaria, acerca de su estado, debido al temor y al abuso que han sufrido a manos de sus tratantes.
Las victimas siempre están llenas de miedo, inseguras y con autoestima baja, pues son humilladas y sus antecedentes emocionales indican que para ser “víctimas potenciales” los agresores las tuvieron que haber notado con un estado de ánimo decadente.
Suelen estar llenas de desesperación y  desaliento  porque tienen el sentimiento de que no hay opciones factibles para escapar de su situación.
Incluso si son presionadas, podrían no identificarse como personas sometidas a esclavitud debido al temor a las consecuencias  contra ellas mismas o contra miembros de sus familias. Pues recordemos que son amenazadas previamente.

Las víctimas de la trata de personas pueden ser tratados como posesiones desechables y no se pone mucha atención a su salud mental o física pues a los agresores solo les importa el ingreso y no representan más que “mercancía”.
Por ende algunos de los problemas de salud que pueden ser evidentes en una víctima son:
Desnutrición, deshidratación y poca higiene personal.
Enfermedades de transmisión sexual.
Señales de violación o abuso sexual.
Moretones, huesos rotos u otras señales de violencia.
Enfermedades graves como diabetes, cáncer, SIDA, tumores entre muchas otras señales y enfermedades más.
Así como estrés  y  desórdenes mentales.
En caso de que alguno de nosotros llegásemos a encontrarnos a una víctima en los puntos rojos de prostitución en el Estado de México que además son muy frecuentados, tales como “la merced”, la calle de Sullivan, la misma capital y establecimientos ilícitos, sería importante tomar en cuenta también estos factores que nos proporciona AGAPE, una organización civil que lucha contra la trata en México y el mundo.

  “No tiene consigo sus propios documentos de identidad o de viaje; Sufre abuso verbal o psicológico destinado a intimidar, degradar y atemorizar a la persona; Tiene un tratante o proxeneta que controla todo el dinero, la víctima tendrá muy poco o ningún dinero en efectivo consigo; y está extremadamente nerviosa, especialmente si su “traductor” (la persona que podría ser su tratante) está presente durante una intervención”. (AGAPE, 2013)

Ahora que conocemos las características de la víctima es hora de dejar de preocuparnos y empezar a ocuparnos de esta situación.

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